viernes, 9 de enero de 2015

Ahora… “Colegios de Alto Rendimiento”



Con la novedad de los Colegios de Alto Rendimiento… “si no eres bueno en el colegio, confórmate con lo que te dan y donde estás, te toque ser alumno o profesor”.

Estamos tan mal en educación pública que en vez de corregir, tanto error técnico pedagógico y malentendida interpretación del derecho a favor del niño y adolescente, se está proponiendo, y sólo para algunos alumnos y profesores, “escapar” de su colegio público para ser rescatados en otro, también público, donde si hay lo que en el suyo no… “un alto estándar académico”. A buen entendedor… el propio Estado reconoce que la educación que ofrece es “baja” para no describirla como mala o mediocre, proponiendo salvar a algunos de ésta.

Es que acaso no entienden los “técnicos” que no hay interpretación distinta mientras no se resuelva revertir la baja (mala o mediocre) educación que se recibe en las escuelas públicas. Entiéndase de una vez por todas que es deber del Estado impartir una educación pública, y más que referir opciones de “escape” a nuevos colegios con altos estándares académicos, que sea capaz de sostener el conocimiento, potencializarlo en el ejercicio de las habilidades y humanizar a la niñez y adolescencia con el sentido de forjar jóvenes que se harán inmediatos adultos transformadores de la sociedad en la que nos está tocando, a otros, tener que desenvolvernos. Y, es a este nivel que debe llegarse porque no hay que “rescatar” a algunos, como se está pretendiendo, sino “potenciar ingenios, talentos, fantasías y sabidurías” de quienes verdadera y realmente destacan por sobre los demás en lo que debiera ser el nivel académico en todas las escuelas públicas. Nótese y considérese que al nivel actual de nuestra educación pública se hace difícil encontrar ingenios, talentos, fantasías y sabidurías, menos potenciarlas, sino… ¿cuánto se estaría hablando al respecto?

No se quiera hacernos creer que con la propuesta de la generación de  Colegios de Alto Rendimiento menores serán las escuelas públicas con baja (mala o mediocre) educación. Tampoco, se nos quiera hacer creer que menores serán las deficiencias técnicas pedagógicas a razón de tanta propuesta, reajuste e implementación de “diseños”, “modelos”, “sistemas” o “rutas”, que no sólo han llevado a la desorientación pedagógica de los profesores, sino que los mantienen expuestos a la dura crítica y facilidad para denunciarlos sin considerar su imagen, autoridad, carrera y vocación.

La educación pública no requiere de más “técnicos” que, desde el error de la imposición forzosa y severa de un modelo constructivista que desecha a la educación denominada “tradicional”, no dejan de reformular y “re-reformular” ambiciosas propuestas alejadas de la necesidad y problemática educativa, porque hasta ahora no hay quien escuche las palabras de muchísimos sencillos profesores, pero con calidad de maestros; sólo a él o ella se le impone, asusta con su evaluación… y punto.  Por cierto, ¿no se pudo ser más ingenioso antes de lanzar las siglas “COAR” para referir a esos colegios?

                                                                                                                          

sábado, 3 de enero de 2015

¡Un nuevo año… una nueva oportunidad!




Arrancó un nuevo año, espero sea de nueva oportunidad para todo y para todos. Para todo, haciendo referencia a aquellas cosas buenas o positivas que deberán continuar o, necesariamente, cambiar. Y, para todos, porque hay quienes no la tuvimos y, minutos antes de culminar el año viejo y empezar el año nuevo, les aseguro nos hemos esperanzado en que así sea.

“Dios aprieta, pero no ahorca”, suele decir una sentida frase para hacernos entender que transcurrir la vida no es fácil. Sin embargo, ¿quién no quisiera “tenerla fácil” en el buen sentido interpretativo de la misma?

Quién, siendo adulto, no siente el apretón cuando no tiene un trabajo estable del cual le provenga una remuneración fija. Quién, siendo hijo, no la siente si de quien hablé fue de sus padres. En la imperfección se dice sostener la condición humana, pero no puede ser imperfecto que algunos tengan mucho, pocos no tengan casi nada y una gran mayoría sufra de pobreza extrema. Una clave de solución está en una mayor cantidad de oportunidades de trabajo y, más, en la creación de esas oportunidades para que se atienda tanto estado doloso y crítico de esa imperfección.

Basta de tanto daño “gratuito” entre nosotros. Pediría, si su condición está en el plano de una holgada economía, no siga enfrascado en creer que “otros” no la merecen. Pediría, si su condición es contraria a la anterior, dejar de creer que todo ha de venir “de regalo”. Pediría, si su condición no está en cualquiera de los dos extremos, que siga en su lucha por y para ir alcanzando mejor calidad de vida, pero en lucha o juego limpio. Esto último lo digo con la convicción del caso porque en carne propia fui víctima de una guerra sucia en la que hasta tirado en el suelo intentaron darme de golpes; claro, haciendo alusión metafórica a la lucha.

El fin de un año e inicio de otro, creo colma de expectativas a cualquiera. Magullado por la caída y los golpes ya me he levantado con mayor experiencia de vida, pero no debería alcanzarse la misma a base de abusos, bajezas y daño gratuito generado por otros. En fin, todos esperamos cosas nuevas en este nuevo año que nos permita logros personales, laborales y todo lo que nos conduzca a mejorar en esta vida.

No olvidemos que estamos necesitados de educación. Pero, no de aquella impartida en un salón de clases, sino de aquella que nos humaniza, y que para unos la han dejado relegada u olvidada. Y, para otros, sin haberla aprendido, querido aprenderla o enseñarla.       

¡Feliz y Próspero Año 2015!
         
                                                                                              Edgar Andrés Cuya Morales
                                                                                                         Pedagogo