sábado, 14 de enero de 2023

¿Cuándo importará el rábano?

No haber muestra social del despliegue de destacadas capacidades cognitivas e inteligencia emocional, supuestamente "tratadas" durante los 11 años de la formación básica escolar - sin contar el tiempo de la educación inicial - es el resultado de que, a quienes tienen el poder - así sea de turno - para hacer las cosas distintas y bien hechas, en lo que concierne a la educación pública, les sigue importando un rábano.

¿Cuándo importará el rábano? Según parece, nunca. Porque mientras las gentes de aquí, allá y más allá, sigan siendo fragilmente manipulables y propensas a la ferocidad del daño entre sí, justamente por incapacidad para identificar, replicar, cuestionar o, simplemente, decirle "NO" a cualquier posible manipulador o embustero; entonces, que no nos sorprendan los actos de barbarie cometidos por esa ola creciente de víctimarios discapacitados del buen juicio, las buenas costumbres y el control de las emociones.

Crecí creyendo que la Navidad es un tiempo de reflexión y compartir, y que el término del año un tiempo hacedor de sinceros deseos de prosperidad para el nuevo tiempo por iniciar. Sin embargo, también fui descubriendo que cada vez importa menos reflexionar, nada ni nadie comparte y aquello de un deseo de felicidad y prosperidad es solo un dicho de la boca para afuera. No es que sea extremista ni negativo, sino es la cruda realidad que a muchos no les importa porque, y aquí si en ambos extremos, unos viven sin importarles un rábano lo que les sucededa a los demás, mientras otros sobreviven de las consecuencias de lo que a las autoridades les importa un rábano su felicidad y prosperidad.

Hace dos décadas atrás se nos impuso una reforma educativa escolar sin consultas ni opinión de quienes saben y/o conviven dentro de aquella realidad social cuya comunidad educativa, no sólo es extensa por su población estudiantil, sino distante de otras donde no parece preocupar ni afectar mucho si debe comprar menos pan o quitar la leche del desayuno de sus hijos por el alza del precio de ambos productos, y ésto por así decirlo para hacer notar tal diferencia. Entonces, en lo que concierne a la gran población estudiantil, de la que se supone ya deben haber egresado generaciones de ciudadanos con altas competencias, destacadas capacidades y hasta inteligencia emocional, no ocurre ni pasa porque la obligación, tras la imposición de un modelo educativo mal concebido, no hace sino aparentar que se educa en el mismo.

Un pueblo desatado en la barbarie, si bien las autoridades deben actuar para frenar el hecho, lo que también debería pasar es demostrar que sí les importa el rábano; es decir, fijar atentamente la mirada hacia la falta de oportunidades que demanda un pueblo, no mal educado, sino al que se aparenta educarlo hasta en inteligencia emocional, porque quemar a un hombre vivo -  si no nos hemos dado cuenta, y así haya sido un solo hombre - es la peor de las muestras que debe conllevar a entender que el rábano sí importa, sino quemar a alguien vivo será malentendido por las generaciones próximas que "todo se vale" si lo que quiere o antoja es demandar algo a los demás que, también malentedidamente, lo cree un derecho absoluto y exclusivo.        

                          

                                            

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