domingo, 8 de diciembre de 2013

Con rutas, pero hacia dónde…




Profesores cada vez más aturdidos es el logro de los “genios” del Ministerio de Educación. Cual si fuera la solución, se dio la orden de implantar el constructivismo, sin admitir opinión ni inquietud del profesorado. Tal cuartel, “la orden debía cumplirse sin dudas ni murmuraciones”. Entonces, una oleada de “capacitadores” provenientes de dicha cartera ministerial, repetían robotizadamente que nada podía ser mejor que educar con el “nuevo enfoque pedagógico”, a los extremos de calificar de obsoleta a la educación tradicional, y garantizarle al profesor el nivel de “maestro y guía”.

Sin avances significativos, el retroceso tras los constantes reajustes, la colisión con la realidad y la rehuida a la aceptación del error, fue lo que no pudo ubicar a nuestros educandos en lugar distinto al penúltimo país con menor habilidad matemática y comunicativa. Por otra parte, tal como se pudo haber pronosticado, el profesorado enfrentado a la desorientación pedagógica y, cada vez, con un alto nivel, pero de pérdida de autoridad en el aula.

Una gama de verbos contenidos en competencias, capacidades, habilidades, destrezas, aptitudes y actitudes, si abundan… no educan, desorientan. Si todo lo anterior es por cada una de las denominadas áreas curriculares y por ciclos, ciertamente abruman y, por tanto, alborota. Si se ahondara en temas de programación y sistema de evaluación, habría que salir corriendo.



Cual si fuera la solución, genios suscribieron la autoría de un corpulento y ambicioso texto denominado Diseño Curricular Nacional o, abreviado en la labia pedagógica, “DCN”. Nuevamente, una orden obligaba al profesor. Ésta vez, a declararle su fidelidad y sumisión. Sí, esa debía ser la reverencia obligada frente a “sagrado” texto de “genios de la educación peruana”. Sin embargo, por un lado, penúltimos en la tabla básica del saber; por el otro, tal como se pudo vaticinar, cansancio y dejadez de quien se ha sentido objeto de manipulación.

Cual si fuera la solución, hace su aparición las Rutas del Aprendizaje, éstas disolverán al DCN. Lo inentendible es que su concepto es interesante y, en principio, podría pensarse que al fin algún “genio” puso atención a la opinión e inquietud del profesor. Pero, si se conoce su contenido, no hay duda que sólo de su denominación disolverá al DCN porque su extensa longitud, los baches, la congestión vehicular y la posible toma de carreteras, harán las rutas intransitables. Del lado del profesor, habría que preguntarle a los genios qué creen pasará con ellos.                 
        

                

                                   

0 comentarios:

Publicar un comentario